Una mirada condicionada

El punto en el cual la imagen referencial deja de ser tal es aquél en el cual se ven conjugados tres elementos:

  1. La imagen se vuelve social, por lo cual deja de tener un origen significativo e, incluso, conocido.
  2. Los sujetos dejan de ser “público” para pasar a ser una masa lega que posee la capacidad de ver pero ya no la de otorgar sentidos.
  3. Hay una ruptura entre la ligazón de la imagen y la realidad, por lo cual la imagen queda despojada de objeto.

Ahora bien, la segunda pregunta nos toca más de cerca: ¿Estamos frente a un espejo o frente a un abismo virtual?

La única respuesta que encontramos posible es que nos hallamos frente a un espejo que refleja un abismo virtual. ¿Por qué? Porque, ya que somos nosotros quienes conformamos el eje central a partir del cual representamos la realidad, somos también
nosotros quienes nos hallamos despojados de realidad. Hemos excluido los referentes, quitándoles nuestra mirada. La gratuidad con que observábamos las imágenes y todo lo real fue reemplazada por el interés. Y es esa mirada condicionada la que impide que poseamos una mirada real.


Te desafiamos a que nos demuestres que del otro lado de la pantalla sí hay una mirada.

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